Siembra Directa: ¿Una técnica Conservacionista? Reflexiones desde Italia y Argentina

Mariana Paola Bruno

La Siembra Directa (SD) es considerada el sistema de labranza conservacionista más difundido de las últimas décadas en todo el mundo, dada su capacidad de adaptación a diferentes condiciones agroclimáticas. Sin embargo, las motivaciones para su adopción no siempre responden a sus características de sustentabilidad ambiental. En América del Sur y el caso específico de Argentina, la SD se encuentra ampliamente difundida entre los productores. En estos territorios pareciera que su adopción obedece principalmente una lógica economicista. En cambio, en Europa en general, y en Italia en particular, donde su difusión es aún incipiente, este sistema está asociado con la agricultura sustentable y la conservación de los recursos naturales, principalmente del suelo. A continuación, esbozaremos algunas líneas de indagación sobre la expansión diferencial de la Siembra Directa en ambos países y los factores que han influido en su adopción, a partir de la revisión de bibliografía especializada y la implementación de entrevistas en profundidad a actores clave.

La Siembra Directa es una técnica conservacionista que consiste en la reducción de las labores de implantación por el pasaje -por una sola vez- de la máquina de SD. Esta última realiza una serie de operaciones consecutivas: una cuchilla abre camino cortando rastrojo, un disco ensancha el surco, un dispenser de semillas las va introduciendo a medida que se avanza (puede también fertilizar) y unos discos especiales cierran la abertura como la última operación (Fernández, 2018).  A diferencia de la labranza convencional, la SD presenta la ventaja que la presencia de los residuos vegetales del cultivo anterior reduce la erosión eólica e hídrica, mejoran el aprovechamiento del recurso agua y permiten transitar los campos aun después de días de lluvias.  En términos económicos, al reducir la cantidad de labores disminuye la cantidad de combustible utilizado y la mano de obra requerida. A la vez que se incrementan las posibilidades del doble cultivo anual al suprimir el tiempo de barbecho (Capurro y Gutheim, 2013).

Siembra Directa, Balcarce, Argentina.

¿Cómo y cuando llegó la Siembra Directa en la Argentina?

La Siembra Directa si bien tiene sus orígenes en EEUU en la década del ’40 (Landers, 2004), en Argentina se implementa en los años ‘60 para la región pampeana.  Las primeras décadas constituyen un periodo de adaptación y experimentación de maquinarias y técnicas importadas. Productores junto a investigadores del Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria (INTA) y fabricantes de maquinaria agrícola van resolviendo los problemas relacionados con la implantación de semillas y controles de malezas (Alapin 2009).  Según los datos disponibles, la superficie cultivada bajo SD se incrementa de 5000 ha en la campaña 1977/78 a 60.000 ha en la campaña 1988/89 (Aapresid, 2017). Paralelamente se van gestando otras innovaciones como los trigos de ciclo corto, los híbridos de maíz y el cultivo de soja. Entre las principales razones que motivan a los productores a incursionar en la SD, se puede mencionar la posibilidad de dar respuesta a la erosión, que causaba el sistema de labranza convencional, y la implementación del doble cultivo.

Sin embargo, el sistema aún se encuentra poco extendido ante las dificultades para controlar las malezas; la ausencia de investigaciones científicas que demuestren que la productividad bajo este sistema es mayor al convencional y la falta de conocimientos técnicos sobre los herbicidas, las malezas y la tecnología de aplicación (Derpsch, 1999; Alapin, 2009; Córdoba, 2014; Fernández, 2018). Paralelamente un grupo de productores preocupados por el cuidado del recurso suelo, comienzan a reunirse, con el fin de dar solución al problema de la erosión mediante el sistema de SD. Este grupo posteriormente dará origen a la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) en 1989 (Hernández, 2019), organización que se convertirá en un actor clave en el proceso de promoción y difusión de la técnica (Alapin, 2009).

En la década de los ’90, en un contexto de profundos cambios económicos, políticos y sociales, la Siembra Directa se difunde por toda la región pampeana pasando de 92.000 ha sembradas bajo este sistema en la campaña 1989/90 a 11.660.000 ha en la campaña 2000/01 (Aapresid, 2017). Las políticas neoliberales basadas en la desregulación de los mercados generaron el marco propio para que la rentabilidad y la “eficiencia” de la empresa agropecuaria dependiera de la incorporación de tecnología. Dos elementos resultaron ser claves para la adopción de la Siembra Directa: alcanzan una mayor profesionalización y aumentar la escala de producción (Alapin, 2009). A su vez, la difusión de la SD fue impulsada por la constitución de alianzas entre los diferentes actores del sector público y privado. Entre estos cabe mencionarse el INTA, los grupos Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), AAPRESID, empresas multinacionales de agroquímicos, fábricas de maquinarias y distribuidores de insumos. Un factor muy importante que contribuyó a su rápida difusión fue la liberalización de la Semilla de Soja RR y la implementación del herbicida glifosato, conformando el llamado “paquete tecnológico”(Alapin, 2009; Córdoba, 2014; Fernández, 2018).

Si bien los defensores promueven la Siembra Directa como una técnica conservacionista (AAPRESID, Grupos CREA), algunos investigadores economistas consideran que su adopción masiva se debe a los beneficios económicos que genera este sistema de implantación con respecto al convencional y la posibilidad de doble cultivo (Fernández 2018).  Desde una mirada agronómica, la adopción masiva de la tecnología se debe al  aumento de la oportunidad de realizar cultivos y de la gran capacidad de trabajo (operatividad) que se alcanza con este sistema respecto de la labranza convencional (Capurro y Gutheim, 2013:102)

Más allá de los factores que favorecen la adopción de la SD, no todos los productores han logrado acceder a la nueva tecnología. La técnica se encontraba ampliamente difundida entre los medianos y grandes productores vinculados a las redes de conocimiento promovidas por AAPRESID, los grupos CREA y el INTA.  Lo pequeños agricultores más alejados de estos círculos de innovación evidencian mayores dificultades en su adopción. Estas barreras vienen marcadas por las tradiciones más arraigadas transmitidas de generación en generación, la necesidad de una inversión inicial en maquinaria y otras erogaciones al inicio del ciclo para la compra de herbicidas. Esta situación de es agravada por la falta de crédito y las altas tasas de interés. Si bien emerge la figura del contratista de servicio, también resultaba difícil de acceder para los pequeños productores, cuya estrategia de supervivencia se basa en la utilización de la mano de obra familiar (Alpreín, 2009; Fernández, 2018).

Hacia la década del 2000 la Siembra Directa trasciende los límites de la región pampeana, expandiendo la frontera agropecuaria sobre las regiones del Noroeste Argentino (NOA) y Noreste Argentino (NEA). Estas regiones presentaban serias limitaciones agroecológicas para el desarrollo de cultivos extensivos bajo sistemas convencionales. En la actualidad más del 90% del total de la superficie sembrada correspondiente a los principales cultivos extensivos (trigo, soja, maíz, girasol y cebada), se encuentra bajo SD (Aapresid, 2019). La soja es el cultivo que lidera el proceso de adopción del sistema de SD, pasando del 78% de la superficie implantada con soja en el 2002 a representar el al 93% en la campaña 2016/17 (Aapresid, 2017).

¿Cómo y cuando llegó la Siembra Directa en Italia?

En Italia el sistema de Siembra Directa es mucho más reciente y menos difundido que en Argentina. A nivel nacional se expande principalmente en las regiones de Veneto, l’Emilia Romagna, le Marche, Lombardia, Campania, Molise, Puglia, Basilicata, Lazio y Sicilia (Morello, 2016). Entre los principales factores que influyen en la adopción de la técnica se encuentran la Política Agrícola Común (PAC). Al respecto, la preocupación por la degradación del suelo, a causa de la erosión, la perdida de fertilidad y la compactación, ha convertido a la conservación del mismo en uno de los objetivos prioritarios del ciclo de programación de la PAC 2014-2020. En este sentido, varios de los Programas de Desarrollo Rural están orientados a financiar a los agricultores que implementen prácticas amigables con el medio ambiente. Entre estas prácticas la SD juega un rol destacado en la conservación del suelo si se adopta en el contexto de la PAC (Marandola et al. 2019).  

Pese a las políticas de promoción del gobierno italiano, existen factores de índole socio-productivo y culturales, que tienen a limitar la plena adopción de la SD a nivel territorial. Entre estos los productores entrevistados (Entrevista a productores de SD, 6/12/2019) mencionan la falta de conocimiento por parte de los agricultores acerca de las formas de implementación y de los beneficios que presenta frente al sistema convencional. A estos factores se le suma la escasa profesionalización de los productores y la ausencia de investigaciones en el ámbito científico-técnico sobre la temática. Las restricciones el uso de organismos genéticamente modificados como de otros agroquímicos. Asimismo, existen cuestiones de índole cultural que dificultan cualquier tipo de transición hacia una agricultura conservacionista, que se potencian ante el aumento de la edad media de los productores.  

Según el estudio realizado por Marandola y otros (2019), en las regiones del sur (Puglia y Sicilia) la adopción de la SD responde principalmente a criterios conservacionistas. En el centro y norte del país, se estima que las razones que motivan a los agricultores son principalmente de índole economicista, asociada a una reducción de costos y aumento de la rentabilidad (Marandola et al. 2019). El sistema es implementado principalmente por jóvenes agricultores motivados en un principio (década de los ’90) por la conservación de los suelos y la reducción de las labores agrícolas. Estos emprendedores toman conocimiento de la técnica a partir de la difusión que llevan a cabo los distribuidores de maquinaria agrícola importada. Asimismo, se capacitan todos los años en el extranjero, siendo Argentina uno de los “laboratorios a cielo abierto” predilectos por los agricultores italianos, donde además realizan la compra de la maquinaria agrícola. En la actualidad, estos factores son complementados con construcción de redes de agricultores donde se difunden las innovaciones.   

Comentarios finales..

A modo reflexión final, encontramos cuatro puntos de distinción. El primero hace referencia al contexto político. En Argentina la política macroeconómica se caracteriza por la inestabilidad e imprevisibilidad. En las últimas dos décadas, las medidas del gobierno nacional estuvieron orientadas a gravar de derechos de exportación e importación. Mientras que en Italia la PAC garantiza cierta estabilidad económica, a la vez que promueve la SD en términos conservacionistas mediante subsidios. Un segundo aspecto para considerar es que la SD se encuentra ampliamente difundida entre los productores agropecuarios que operan en la Argentina, formando parte del modelo producción hegemónico. En cambio, en Italia la SD es adoptada por un reducido número de productores, generalmente jóvenes emprendedores. En tercer lugar, en ambos países se evidencia el rol clave que juegan las redes de conocimiento específico entre agricultores, organizaciones interprofesionales y actores del sector privado en el proceso de difusión y adaptación de la técnica. En cuarto, cabe destacar que la SD en Argentina pareciera estar motivada principalmente por un proceso de innovación incremental orientado al ahorro de costos en el marco de un paradigma de agribusiness. Mientras que en Italia se encuentra aún en su etapa de experimentación y adaptación, debatiéndose entre la adopción como sistema alternativo a la agricultura convencional, o como una innovación incremental.

En Argentina el uso prolongado de la SD, sumado a la falta de rotación de los cultivos, ha generado efectos no deseados, como la emergencia de plagas y malezas resistentes al glifosato, la disminución de los nutrientes y la compactación de los suelos. Los agricultores e investigadores se proponen disminuir y controlar estos efectos por medio de rotaciones, monitoreos permanentes, aumento de la cobertura vegetal. En los últimos años, la agricultura de precisión aparece como una herramienta sustentable que permite optimizar el uso de los recursos (suelo, agua e insumos), mediante la aplicación de dosis variable de insumo por ambiente (Derpsch, 1999; Capurro y Gutheim, 2013; Fernández, 2018).

Los efectos no deseados ponen en evidencia las controversias que se generan en torno a la SD entre la reducción de la erosión, de la emisión de CO2 y por el otro, el uso de agroquímicos que afectan a la salud. La experiencia adquirida por los países latinoamericanos como Argentina, constituye un antecedente de suma riqueza sobre las ventajas y desventajas del sistema de SD que requiere un cuidado análisis críticos a tener en cuenta en países, como los europeos, donde la SD está dando sus primeros pasos.

Bibliografía

Alapin, H. (2009). La siembra directa en Argentina. Un nuevo paradigma en agricultura. XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia, Facultad de Humanidades y Centro Regional Universitario Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos de Bariloche.

Capurro, J.; Gutheim, F. (2013) Sistemas de Labranza. En Cauhépé y Gutheim Agricultura y ganadería pampeanas. EUDEM. Mar del Plata

Castilla, F. (2013) Siembra Directa: La Elegida para conservar el suelo. Revista RIA. Vol 39 N 2 Agosto, 2013.

Córdoba, M. S. (2014) Ensamblando actores. Una mirada antropológica sobre el tejido de alianzas en el universo del agronegocios. desiguALdades.net Working Paper Series 68, Berlin: desiguALdades.net International Research Network on Interdependent Inequalities in Latin America

Derpsch, R. (1999) Expansión mundial de la siembra directa y avances tecnológicos. Anales, 7° Congreso Nacional de Siembra Directa de AAPRESID, Mar del Plata, 17.- 20.8.1999, p.79- 97

Fernández, D. A. (2018). El desierto verde: un estudio sobre la naturaleza y causas del proceso de concentración económica en la agricultura pampeana. Ediciones Imago Mundi.

Hernandez, V. (2019) Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) (Argentina, 1989-2019). En Salomon y Muzlera (2019) Diccionario del Agro Iberoamericano.

Landers, J N (2004) Desarrollo de la siembra directa en el Brasil Tropical. La historia de las actividades exitosas de una ONG.

Marandola, D.; Belliggiano, A.; Romagnoli, L.; Corrado, I. (2019) The spread of no-till in conservation agriculture systems in Italy: indications for rural development policy-making. Agricultural and Food Economics. 1 – 22

Martínez Dougnac, G. (2014) Disputas, acaparamiento y despojo de tierras en la Argentina: no es la soja, es el capitalismo. Revista ALASRU. Análisis Latinoamericano del Medio Rural. Nueva Época N 10. Octubre.

Morello, G. (2016) La semina su sodo. [Obtenido de: https://www.siciliaagricoltura.it/2016/09/16/la-semina-su-sodo/]

Nocelli Pac, S. (2017) Evolución y retos de la Siembra Directa en Argentina. AAPRESID

Autor: Mariana Paola Bruno, Argentina

Mariana Paola Bruno es Profesora en Geografía por la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), Argentina. Posteriormente se graduó de Magister en Procesos Locales de Innovación y Desarrollo Rural (PLIDER) por la Facultad de Ciencias Agrarias (UNMDP). En su tesis analizó el proceso de construcción de la calificación de productos agroalimentarios con identidad territorial bajo el enfoque de redes socio-técnicas.  Actualmente es becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con lugar de trabajo en el Instituto de Innovación para la Producción Agropecuaria y el Desarrollo Sostenible (CONICET-EEA INTA Balcarce, Argentina) y candidata a Doctora en Geografía por la Universidad Nacional del Sur, Argentina.

Desde el año 2012 trabaja en temas vinculados con las tramas productivas y comerciales agroalimentarias, particularmente en la valorización de productos con identidad territorial. En el marco de su tesis doctoral, estudia las prácticas cotidianas de las empresas de bienes y servicios al agro y sus efectos territoriales. Otros temas de interés son las dinámicas sociodemográficas y los mercados rurales.